El gran juego.

LA CRONICA




El domingo 21 de octubre fue un día muy especial, ya que fue la segunda vuelta de la semifinal de la liga de fútbol del Atlántico, en la cual se disputaba el paso a la final. Se enfrentaban dos grandes escuelas de fútbol como las son La Academia de fútbol contra Parma Fc.
El día comenzó de una manera normal para mí, Abraham Herrera jugador de La Academia de futbol. Antes del gran partido todos los integrantes de la escuela nos debíamos encontrar en la sede de la escuela. Nos trasladamos un gran número de jugadores de cierta escuela hacia la ciudad de Barranquilla, a la sede de la escuela, luego del viaje nos encontramos en la sede.
Hay entramos en la concentración con nuestro técnico y entrenador, junto a la directiva del equipo y representantes, en la cual nos dan una gran noticia de motivación. El representante del equipo nos informa que los dos equipos que clasifiquen a la gran final tendrán el privilegio de viajar a Medellín, a jugar contra las escuelas como las inferiores del Envigado fc, alianza Platanera, las inferiores del Medellín y Nacional.
Después de esta charla nos trasladamos a la cancha en donde se disputaría la gran final, como lo es el gran escenario deportivo Bombona. Ya en esta cancha entramos al campo de juego y hacemos una oración, dándole gracias a Dios por llevarnos de la mano hasta esas circunstancias del torneo tan importantes.
Comienza el protocolo y nos damos un gran saludo, en nombre del Fair Play, a los árbitros y jugadores del equipo contrario. Después de terminar todo el protocolo, tomamos nuestras posiciones y el partido comienza aproximadamente a las 3:45.
El saque le corresponde el equipo visitante Parma fc. De inmediatamente salimos a presionar y tan solo cuando transcurrían aproximadamente 15 minutos del juego el equipo contrario anota gol.
Nosotros, a ver esto reaccionamos en el primer tiempo con una jugada en contragolpe y nos ocasionan penal, el cual fue ejecutado por Jesús Charris, goleador neto y mi compañero. Charris ejecuta el penal y convierte el gol, la serie se empataba y en el primer tiempo. Más tarde, Rafael Licona anota otro gol  desde afuera del área y termina el primer tiempo con la ventaja a la mínima diferencia, dos a uno a nuestro favor.
Después  de reposarnos, nos damos fuerzas los unos a los otros para salir en el segundo tiempo con muchas más ganas de ganar el encuentro. Salimos al campo con una gran emoción, y esto se vio muy bien reflejado en el equipo al momento de jugar más compactos y en bloque; al momento de presionar este trabajo y todo lo que entrenamos dio unos grandes frutos, los cuales fueron fundamentales para que en el segundo tiempo fuéramos muchísimo mejores que el rival, al atacar y defender.
 En una gran jugada de recuperación en el medio campo, Jesús Charris convierte el tercer gol para la escuela; faltando unos 15 minutos para finalizar el juego, se comete una falta al borde del área, la cual decidí ejecutar y convertí en gol, para darles la victoria. Una victoria definitiva y que merecíamos, gracias a una gran actuación; los últimos minutos fueron de mucha angustia porque el equipo rival salió al ataque y nosotros nos supimos defender hasta el último minuto. Por fin el árbitro da el pitazo final y en medio de lágrimas de felicidad y sonrisas festejábamos y gritábamos ¡Academia! ¡Academia! ¡Academia! Nos arrodillamos en el medio del campo y le dimos gracias a Dios por permitirnos pasar a la gran final.

Luego del encuentro, todos nos reunimos con padres de familia, entrenadores, directivos del equipo y celebramos por el gran paso, tanto a la final como el del gran viaje a Medellín. La gran final la jugaremos el sábado 4 de diciembre y con la fe en Dios saldremos campeones.

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